miércoles, mayo 10, 2006

MI ENCUENTRO CON EL LOBO Y LOS 3 CERDITOS

Me encontraba sola, paseando por los Bosques de Palermo en Buenos Aires, esa noche había decidido como nunca vestirme de rojo intenso.

Era una noche de luna llena, por lo cual,habia cierta claridad, la luz
de la luna se reflejaba en el lago con mucha intensidad, corrÍa una brisa suave que hacia estremecer mi piel.

Seguí caminando, mientras mas avanzaba adentrandome en el bosque, podía ver siluetas de amantes retorciendose entre los arboles, sobre el pasto húmedo, entre los matorrales.
Solo podía escuchar susurros y gemidos....suspiros...grititos de placer...gruñidos...música para mis oidos!

Así anduve largo rato, caminando entre los cuerpos, entre las piedras, siempre observando a los amantes, eso me excitaba, sentÍa como se me endurecian los pezones, caminé,caminé, siempre mirando; cuando de pronto tuve la sensación de que alguien me seguia.
Miré de reojo y vi a un hombre alto, grueso, de mirada fija, volví a mirar el camino y andar en el, pero esta vez mas lento.

Llegué hasta la orilla del lago, donde me quedé inmóvil esperando a mi chacal, fue en esos momentos cuando la bestia atacó, sentí una mano que se colaba por mi entrepierna, mientras que la otra me apretaba con furia los senos.En mi cuello podía sentir su respiración agitada, a mis oidos llegaron sus gruñidos......eso me excitó mas aún, escuchar sus gruñidos, tenía una mano en mi sexo y yo sentía como empezaba a mojarme, metió un dedo en mi vagina y lo sacó...y lo volvió a meter, sin pensarlo, sin caer en cuenta..mi cuerpo empezó a moverse con cadencia..tratando de seguirle el ritmo a ese dedo maravilloso, el seguía tocandome los senos y gruñiendo.

Me levantó el vestido y se metió debajo de él, sentía como sus manos escarbaban entre mi sexo, sentía como me hacía a un lado la ropa interior, y metía la lengua por mis labios, hasta llegar al clitoris, su lengua era algo aspera y fría, pero causaba en mi una sensación de extasis, empezó a mover la cabeza bajo mi vestido, parecía que me estaba devorando.
Mis piernas empezaron a flaquear, sentía como se iban doblando hasta perder la inestabilidad, caí arrodillada a sus pies, la luna iluminaba mi rostro, mas el de él continuaba escondido en las sombras del bosque. Desde el ángulo en que me encontraba pude ver un pequeño bulto que luchaba por salir de sus pantalones, me acerqué a él y rocé mi mano sobre el bulto, y bajé la bragueta, tenía tantas ganas de ver lo que habia dentro, el seguia gruñiendo y sacó su miembro del pantalón.

* Me habian hablado tanto de la carne argentina, que quise probarla, lo malo de mi descubrimiento es que caí en la cuenta de que lo que tenía al frente no era una buena res, sino mas bien un cerdo, un gran cerdo, mucha grasa y poca carne para gozar!*

Ante mi pequeño descubrimiento, decidí pasar por alto tremenda pequeñez, es así como abrí la boca y dejé que ese pedacito de carne entrara en ella. La chupé, la lamí, pase mi lengua por la cabecita dando pequeños circulos, él ahora gruñía mas.
Me separó de él, y me puso en cuatro patas, la luna estaba en su máximo explendor.

Cuando me penetró sentí un gran dolor, seguido de placer, empezó a sacarla y meterla,sacarla y meterla, cada vez que me la metía sentia ese dolor, lo cual me hacia gemir, podía ver su reflejo en el lago, era realmente gordo, miraba hacia la luna y gruñia cada vez mas fuerte.


Tenía una mano jalando de mis cabellos, y la otra sobre mi espalda,
podía sentir sus uñas que se clavaban en mi piel.

Cuando empezaron a salir los primeros rayos del sol, mi bestia se separó de mi y desapareció raudo entre los arboles.
Logré incorporarme y ví que se le había caido su billetera, la abrí y vi una fotografía, al parecer era de él, podía reconocerlo por el contorno de su sombra, era él con su mujer y su hijo.

Empecé a mirar con detenimiento la foto y noté que los tres tenian una particularidad en común, tenían ojos pequeños, una nariz algo respingada y redondita, y eran todos de medidas grandes y de piel muy rosadita.

Eso me hizo pensar, que Caperucita, esta vez, se equivocó de cuento y terminó en la historia de los tres cerditos en vez de terminar en los brazos del Lobo Feroz.



PHOTOS BY CLIVE SCHAUPMEYER / FLORIS ANDREA

3 comentarios:

Anónimo dijo...

me gustaría poder publicar tus relatos en mi newsletter a salir pronto.
respóndeme a:
awong@peru.com

Gracias

Anónimo dijo...

de las coas que puedo decir es que las senssaciones producida puede ser tan intensas que congestionan los sentidos.

Mi lado oscuro dijo dijo...

hola waldo, estas congestionado..con lagrimeos y estornudos??

tome phantasticus,
en 2 presentaciones,blog y polvo para tomar caliente.

jejeje,,saludos.